jueves, 28 de enero de 2016

El Grupo Molares

28 de Enero de 1995. Carlos Antonio Molares Álvarez fallecía en su domicilio de La Toja. 21 años después de su muerte, Entre Ruínas quiere establecer una entrada, en la red de redes, de lo que fue uno de los mayores grupos pesqueros de España.
- El Grupo Molares -

José Molares Alonso, padre de Carlos Molares, tomó contacto con el mundo de la pesca en 1934, trabajando en contratas de pescado en el Puerto del Berbés de Vigo.

La actividad de José Molares, como armador, comenzó en 1937, con la participación de un 20% en un buque pesquero bautizado como "Invencible Nº 2". Una vez terminada la Guerra Civil, José Molares Alonso adquirió el buque "Mosquito", como único propietario, dedicándolo a la pesca de bajura. Un gran paso hacia lo que sería la consolidación del grupo empresarial que se estaba fraguando.

La primera empresa del Grupo Molares se estableció en 1940, dedicada a la salazón de pescado. Nueve años más tarde, José Molares adquiería la primera marea que una flota española efectuaba en aguas de Terranova y comenzaba la construcción de un factoría para la salazón de pescado en el Puerto de Domaio, finalizando las obras en 1951 y comenzando a trabajar a pleno rendimiento en el procesado de bacalao para abastecer a todo el mercado nacional.

Vuelo 1945-1946 Americano Serie A H0223_104_065. La factoría y el Puente de Rande aún no existían

Con el encargo de construcción de dos buques bautizados como "Aurora María" y "María José Molares", de dió un nuevo impulso a la actividad de la empresa.

En 1956 se estructuraría la factoría de Domaio como Sociedad Anónima, con un 25% de participación por parte de José Molares Alonso. Es entonces cuando la sociedad adquiriría una nueva personalidad jurídica bajo el nombre de "PESQUERÍAS DEL ATLÁNTICO E INDUSTRIAS DEL BACALAO S.A. (PESAIBA)".

Vuelo 1956-1957 Americano Serie B 0223_fot_12866. Se aprecia la factoría PESAIBA y el inexistente Puente de Rande
Detalle de la factoria PESAIBA en Domaio con uno de los primeros muelles
En 1957 se encargaba, al astillero Vulcano, la construcción de los buques "Mariano Borrero" y "Juan Lazo", los cuales serían rematados y entregados en 1959, encargando, un año después, la construcción de un nuevo buque, bautizado como "Puente de Rande", dedicado a la pesca de cefalópodos en el Sahara Español, pero  que, desgraciadamente, se hunde en su cuarta marea. Con la construcción de este nuevo buque, el Grupo Molares se convertiría en pionero en este tipo de pesquerías.

Entre 1961 y 1963 se pondría en funcionamiento una flota, compuesta por seis buques bautizados como "Molares Alonso", "Molares Álvarez", "Puerto Pesquero", "Chaparrudo" y "Saladina Pardo Costas", dedicados exclusivamente a la pesca de cefalópodos. En 1965 se construiría el "Aurora Álvarez", dedicado a la pesca de marisco en Senegal y, en 1966, el buque "Tierra Verde".

En 1967 José Molares crearía la empresa "PESQUERÍAS MOLARES, S.A.", de cuyo paquete de acciones sería propietario en su totalidad, poniendo en funcionamiento dos modernos bacaladeros bautizados como "Meixueiro" y "Xaxán", dos años después, para el abastecimiento de la factoría PESAIBA en Domaio.

Buque bacaladero "Meixueiro"
Buque bacaladero "Xaxán"
En 1972, para dar un nuevo impulso a la actividad de PESQUERÍAS MOLARES, S.A., se encargaría la construcción y puesta en funcionamiento de cuatro nuevos buques, bautizados como "Puxeiros", "Monte Galiñeiro", "Monte Confurco" y "Monte Furado".

Tan solo un año después, se producen dos acontecimientos importantísimos con la compra de todas las acciones de MARÍTIMA SANTA CLARA, S.A. y el encargo de los dos buques factoría más modernos del momento, bautizados como "Ponte de Rande" y "Estreito de Rande". Es preciso indicar que estaba en proyecto construir otro buque que sería bautizado como "Tesouro de Rande", conformando una tríada, pero que nunca llegó a construirse.

Buques "Monte Galiñeiro" y "Monte Confurco" con el bacaladero "Xaxán" de fondo
El día 16 de abril de 1975, José Molares Alonso fallecía. Culmina en este momento una primera etapa del Grupo, tomando el testigo su hijo Carlos A. Molares Álvarez, poniéndose a la cabeza del Grupo e iniciando una nueva etapa de expansión.

Tras el incendio del buque "Santa Mar", en aguas de Terranova, en 1980 se procedía a la construcción de los buques congeladores bacaladeros bautizados como "Feixa" y "Bouciña".

En 1981, el mercado del bacalao experimentaba un cambio y los buques congeladores "Feixa" y "Bouciña" comenzarían a dedicarse a la pesca de merluza.

En este mismo año de 1981, se producía un nuevo hito en la historia del Grupo, con la puesta en funcionamiento del buque portacontenedores, de apoyo logístico, bautizado como "Gloria del Mar", con una eslora (largo) de 122,50 metros. A su vez, se instala una unidad terminal frigorífica en la concesión de Renfe de que el Grupo poseía en Domaio.

En 1983, comienzan las obras de adaptación del muelle de Domaio, para recibir al "Gloria del Mar". Se construiría un muelle de 150 metros de largo y 9 metros de calado, adquiriendo los varaderos de Montenegro y los terrenos de Fontenla.

Vuelo 1973-1986 Interministerial 0223B0010. Obras para la ampliación del segundo muelle del Puerto de Domaio
Vuelo 1973-1986 Interministerial 0223B0010. Detalle de las obras para la ampliación del segundo muelle del Puerto de Domaio con algunos buques fondeados en las proximidades, la factoría PESAIBA y el menor de los muelles en longitud y calado
En 1984, se fundaría "CAMASA" y el Puerto de Domaio experimentaría una nueva transformación con la construcción de una nueva terminal frigorífica y la instalación de una grúa pórtico que circulaba sobre raíles, así como diversa maquinaria de transporte.

Vuelo 1980-1986 Nacional 0223J0012. Terminal de contenedores frigoríficos y Grúa Pórtico ya instalados, con el nuevo muelle casi terminado, a falta de realizar los rellenos entre el nuevo muro y el resto de la plataforma
Vuelo 1989-1991 Costas 0022300468136. Terminal de contenedores frigoríficos y Grúa Pórtico ya instalados, con el nuevo muelle casi terminado, con buques atracados al mismo, a falta de realizar los rellenos entre el nuevo muro y el resto de la plataforma

El Puerto de Domaio, Centro logístico del Grupo y totalmente autónomo, presentaba una superficie de más de 57.000 metros cuadrados, contando con dos muelles de atraque. El primero de ellos de 150 metros de longitud y 9 metros de calado, mientras que el segundo era de 20 metros de longitud y 5 metros de calado.

Puerto privado del Grupo Molares en Domaio con los dos muelles, buques del grupo, la factoría PESAIBA y la terminal de contenedores frigoríficos de CAMASA

Grúa Pórtico sobre los contenedores del Grupo Molares

En este Puerto, existían áreas frigoríficas con capacidad para 10.800 metros cúbicos, secaderos de bacalao, almacenes y un varadero. A su vez, estaba dotado con dos minas de agua potable, la cual era almacenada en depósitos con una capacidad total de 800 metros cúbicos, destinados a agua para riego, para buques y para el complejo industrial.

- La pesca del bacalao -

La pesca del bacalao, una de las pesquerías más tradicionales de la flota española, se realizaba en parejas de arrastre, con una dotación de 50 hombres por pareja, virando el aparejo cada 8 horas. El aparejo presentaba un copo, con forma de cilindro o calcetín, de unos 40 metros de largo y 4 metros de diámetro, aproximadamente. 

Una vez realizada esta maniobra, el pescado era descargado en el buque, en dónde se evisceraba, descabezada y se abría en hojas, procediendo a su estibado en capas alternas de sal y pescado.

Una vez que los dos barcos tenían las bodegas a plena carga, regresaban a puerto. Allí se descargaba el pescado y era llevado a la factoría en donde se mantenía, previo control de calidad, en unas cámaras a una temperatura controlada. El pescado era clasificado según tamaño y calidad, siendo estibado en palets y, éstos, introducidos en jaulas para que el almacenamiento de las unidades de carga fuese uniforme.
Descarga de los palets procedentes de las bodegas del barco, cargadas de hojas de bacalao
Proceso de estibado de las hojas de bacalao en palets y, éstos a su vez, colocados en jaulas
Posteriormente, se iba retirando hoja por hoja, para proceder a un lavado, un cepillado y un nuevo control de calidad, para pasar a los túneles en dónde el bacalao era secado sobre parrillas, a temperatura graduada en función de la temperatura y humedad ambiental exterior.

Una vez terminado el proceso, el producto pasa por un nuevo control de calidad y se procedía al envasado, empaquetado y etiquetado según peso y tamaño.

- El Transcontainer -

La necesidad de ajustar al máximo los costes de producción, hizo que Carlos Molares decidiese el encargo de dos grandes buques gemelos portacontenedores bautizados como "Gracia del Mar" y "Gloria del Mar", pertenecientes a una saga de transcontainers. Al poco tiempo el "Gracia del Mar" sería vendido, quedando como único buque logístico el "Gloria del Mar", perteneciente a la sociedad "NAVIMOL (Naviera Molares, S.A.)".

El "Gloria del Mar" fue construido por E. Lorenzo en 1980, con una eslora de 122,80 metros, una manga de 19,44 metros y un puntal de 8,15 metros. Desplazaba un peso muerto de 8.500 toneladas, con una capacidad para 533 contenedores estándar de 20 pies.
Buque Portacontenedores "Gloria del Mar" realizando pruebas de navegación a su paso por el Puente de Rande
Dicho buque tenía la misión principal de ahorrar, teniendo en cuenta que el proceso de distribución tradicional suponía una inversión de 3 meses en desplazamientos a los caladeros. De esta forma, el portacontendores, funcionando como buque nodriza, llevaría combustible, tripulación de reemplazo, víveres, aparejos de pesca y demás dotaciones a los buques pesqueros, recibiendo la carga procedente de las bodegas de los buques pesqueros.
Maqueta del buque "Gloria del Mar" con los dos buques congeladores abarloados a su costado
En alta mar, incluso con mal tiempo, el "Gloria del Mar" permitía un perfecto abarloamiento de dos buques a sus costados con la máxima seguridad, actuando como buque pantalán para la carga y descarga simultánea, permitiendo que los buques pesqueros estuviesen encomendados a su labor al cien por cien, faenando ininterrumpidamente.
Buque portacontenedores "Gloria del Mar", actuando como buque pantalán, realizando maniobras con los buques congeladores "Ponte de Rande" y "Estreito de Rande" abarloados a su costado

Buque portacontenedores "Gloria del Mar", actuando como buque pantalán, realizando maniobras con los buques congeladores "Ponte de Rande" y "Estreito de Rande" abarloados a su costado

El pescado recogido por el Transcontainer se almacenaba en contenedores frigoríficos, manejados por las dos grúas de que disponía el buque, manteniendo la temperatura del pescado a -22ºC, asegurando la conservación del producto y evitando una rotura en la cadena de frío, hasta el destino final.

El "Gloria del Mar" estaba adaptado y preparado para servir a una flota de 10 buques, al mismo tiempo que podía transportar 224 contenedores, 144 bajo cubierta y 80 en cubierta.
Buque portacontenedores "Gloria del Mar" realizando maniobras de carga de contenedores en puerto
Una vez en puerto, el frío en los contenedores era mantenido mediante los "pulpos". Los pulpos eran centrales frigoríficas que se adaptaban con gran rapidez y simplicidad. La central productora de frío viene a ser como la cabeza del pulpo, y los tubos que distribuían este aire frío a cada contenedor, eran los tentáculos. Este sistema modular permitía una gran rapidez en las maniobras de descarga así como una mayor higiene en la distribución en aquel momento.
En el centro de la imagen se aprecia la unidad central de producción de frío denominada pulpo
Interior de la planta generadora de frío denominada pulpo

- La "Teoría" del Queso Gruyère -

La visión de futuro por parte de Carlos Molares en cuanto al comercio de pescado en contenedores, no encajó bien en aquella época, a pesar de ser una buena idea, haciendo que el "Gloria del Mar" fuese un lastre más que un ahorro.

Pero como en toda gran empresa, su ocaso no llega de la mano de un único motivo, sino que sigue la estela de la "Teoría del Queso Gruyère".

Pensemos en una de las particularidades que caracteriza al queso gruyére, que es la de poseer cavidades más o menos esféricas. Si cortamos este queso en lonchas, cada una presenta algún que otro agujero. Ahora colocamos varias lonchas, con sus agujeros, sobre un papel en el que pueda leerse "FIN". Si tenemos la suerte de que los agujeros no queden alineados, cada loncha podrá tener su agujero pero no podremos leer la palabra FIN. Sin embargo, si todos esos agujeros se alinean, la suerte está echada.

Cada loncha representa un aspecto importante de la empresa y cada agujero un motivo que puede llevarla a su fin. Pues bien, una empresa podría subsistir, aún con ciertos agujeros, siempre y cuando éstos no se alineasen.

Muy a pesar de todos los motivos que pudieron contribuir a su cierre, todavía siento ese respeto y admiración a lo que significó El Grupo Molares para mí.

Dedicado a la memoria de Carlos A. Molares Álvarez

Webgrafía: http://fototeca.cnig.es/
Bibliografía: Grupo Molares.

viernes, 22 de enero de 2016

Molinos Hidráulicos en A Poza da Moura


En la localidad de Domaio - Moaña, existe paraje de belleza paisajística excepcional, desde dónde puede divisarse la Ría de Vigo y el Puente de Rande, mientras gozamos de un baño en una de las pozas que forma O Rego da Miñouva.

Estamos hablando de A Poza da Moura. Próxima a ella, por medio de canales de piedra, se adquiere el recurso necesario para poner en funcionamiento una serie de molinos concatenados.
Poza da Moura
De los molinos existentes en el lugar, todavía por determinar con exactitud, nos vamos a centrar en los dos mejor conservados clasificados como Molinos Hidráulicos de Río con Rueda Motriz o Rodicio, en posición horizontal, dotados de un sistema de alimentación de Cubo.

Esta tipología de molinos aparece en Galicia entre los siglos XI y XII. Se caracterizan por presentar una torre de almacenamiento de agua a la entrada del molino. En este caso, la fuerza motriz se genera debido a la presión alcanzada en su punto más bajo, que será mayor, cuanta más altura presente la lámina de agua dentro del depósito.

Esta energía potencial, debido a la diferencia de cota entre la lámina de agua y el fondo del depósito, se transforma en una energía cinética responsable de accionar el Rodicio.

La materialización del conjunto constructivo denominado molino, es una perfecta combinación entre Ingeniería y Arquitectura, dado que se trata de una de las construcciones rurales tradicionales de mayor complejidad constructiva.

Todo el complejo constructivo abarca desde las obras de captación del recurso, conducción, regulación y admisión al molino propiamente dicho, en dónde se encuentran los mecanismos de rotación y trituración del grano. También se incluyen obras anexas como los accesos para personas o animales a la edificación.

Dentro del conjunto constructivo que nos ocupa, destaca el acueducto de conducción del recursos hidráulico, realizado en fábrica de piedra, para abastecer a los molinos que se encuentran aguas abajo.
Vista NE de un canal de derivación de un molno situado aguas arriba y del acueducto de piedra que abastece al primero de los molinos caracterizados dotado de pilares de piedra, puentes y falsos arcos para aligerar la estructura y facilitar los accesos
Vista SW del acueducto de piedra que abastece al primero de los molinos caracterizados
Al final de este primer acueducto, nos encontramos con el cubo o depósito del primero de los molinos caracterizados. Dicho depósito está formado por piedras anulares apiladas una encima de la otra.
Vista E del acueducto y deposito o cubo para almacenar el recurso hidráulico y obtener la energía potencial requerida

Vsita NW del acueducto y el cubo en donde pueden observarse las piedras anulares que conforman el cubo con una ligera inclinación hacia el local de molienda, así como el acceso a éste mismo
Empotramiento del cubo en los cerramientos del local de molienda, a la altura del forjado o tremiñado, en su camino hacia la parte inferior del local de molienda, denominado infierno, en dónde se sitúa el rodicio
Al igual que sucede en otros molinos, quiero destacar uno de los elementos más representativos del ingenio en este tipo de construcciones. Me estoy refiriendo al apoyadero o "pousadoiro" constituído por una piedra que sobresale por el exterior del cerramiento del local de molienda. Su función era la de apoyar el saco de grano o harina al entrar o salir del local de molienda, respectivamente.

Estos sacos se llevaban apoyados en la espalda agarrándolo con las dos manos. Para poder accionar el mecanismo de la puerta de acceso, era necesario tener las manos libres, por lo que dicha piedra se colocaba a una altura tal, de forma que el molinero no tuviera que agacharse para apoyar o recoger el saco, con el consecuente esfuerzo. En algunas localidades, estos sacos se confeccionaban a partir de la piel curtida de una cabra, cerrando los orificios de las extremidades y dejando como orificio practicable el de la zona del cuello del animal.
Vista W del apoyadero próximo a la puerta de acceso al local de molienda
Una vez dentro del local de molienda, nos encontramos con una piedra circular, denominada muela, que se apoya en otra piedra de más canto, denominada pie.

Estas dos piedras eran las encargadas de moler el grano que caía desde una tolva hacia el centro de la muela, la cual presentaba un orificio circular de admisión del grano. A medida que el grano se iba moliendo, iba circulando hacia el exterior de dicha muela, cayendo al suelo o bien a una tolva de recogida.

La muela, a su vez, iba apoyada en una pieza metálica rectangular, que unía esta piedra, mediante un eje, con el rodicio, situado en el infierno, bajo el forjado del local de molienda. Generalmente el rodicio iba apoyado sobre un elemento estructural, denominado mesa, que era accionado desde el local de molienda, para levantar el rodicio, el cual empujaba el eje hacia arriba, haciendo que la muela se separase del pie y pudiese girar para efectuar la molienda.

Por debajo de la muela, se situaba el pie, que era un elemento estático de gran canto.

Cuando no era necesario realizar la molienda, esta mesa se bajaba, la muela quedaba pegada al pie, dejando de girar. A su vez, para evitar el rebose del cubo, el recurso hidráulico era desviado por un canal de derivación externo al molino, tal y como puede verse en las siguientes fotos.
Interior del primer local de molienda con la muela y, bajo ella, el pie
Detalle de la muela, el pie y orificio practicado en el forjado, para el tornillo regulador de la mesa en la que se apoyaba el rodicio para permitir la elevación de la muela sobre el pie, regulando la distancia entre estos dos elementos pétreos, según el tipo de grano
En este primer local, quiero destacar detalles constructivos como hornacinas interiores para apoyar un candil y rebajes en el umbral de la puerta de acceso, presumiblemente con un función drenante.
Rebaje central en el umbral de la puerta de acceso
Hornacina sobre dintel de la puerta de acceso.
Por debajo de este primer local de molienda, alimentado por un canal de derivación del primer local de molienda, así como por el recurso hidráulico que salía de la boca del infierno de este primer local, se repiten otra vez las mismas estructuras, tal y como se describen a continuación en las fotos.
Vista NW del acuducto que abastece al segun local de molienda, situado a la izquierda de la imagen, asi como un canal de derivación en el suelo que abastece a un tercer local de molienda situado a la derecha de la imagen
Interior del canal de piedra de alimentación al segundo local de molienda
Canal piedra del segundo local de molienda, con cubo al final, dotado de rebosadero hacia un complejo canal de derivación
Vista NW del acueducto de alimentación al segundo local de molienda y cubo formado por piedras anulares apiladas unas encima de otras, dotado de complejo sistema de rebosadero hacia canal de derivación
Acceso al segundo local de molienda con la caractéristica piedra apoyadero próxima a la puerta de acceso
Rebosadero del cubo con vertedera y canal escalonado de derivación

Vista S del segundo local de molienda, con ventana en parte superior y boca de infierno, formada por falso arco, en parte inferior, por la que salía el recurso hidráulico al exterior. También se observa el canal de derivación escalonado en el lateral derecho.
Orificio de salida del recurso hidráulico almacenado en el cubo, para impactar con las álabes del rodicio que debería estar situado en esta parte inferior denominada infierno. Muy probablemente esta piedra fuese reciclada de una muela desgastada. Característico de estas construcciones

 
Mapa de localización

jueves, 21 de enero de 2016

Fábrica de Conservas Rey e Hijos S.A. (REYMAN)


Ubicada en la calle Tomás Alonso, Nº 139, actualmente tan sólo quedan las ruínas tras la demolición de la industria conservera Rey e Hijos S.A. (REYMAN) cuya actividad comenzó en el año 1937, dedicada a la conserva de pescado, cesando su actividad en el año 1988. En el año 1935 se llamaba Conservas Rey & Briz, anunciándose como Fábrica de Coya.

A continuación se muestran una serie de fotos aéreas desde el año 1945 hasta la actualidad. A la vez que se muestra dicha industria en los fotogramas tomados en distintos vuelos, obsérvese como ha ido variando el tejido urbano que la rodeaba.

En los años 1945-1946, la Avenida de Orillamar era prácticamente un esbozo. En los siguientes fotogramas pueden apreciarse numeroras variaciones en las edificaciones de la calle Coruña, desde la Plaza de la Industria de Eugenio Fadrique.
Ortofoto Vuelo 1945-1946 Americano Serie A H0223_104_067
Ortofoto Vuelo 1956-1957 Americano Serie B 0223_fot_13345
Ortofoto Vuelo 1979-1986 Interministerial 0223E0004
Ortofoto Vuelo 1980-1986 Nacional 0223L0010
Ortofoto Vuelo 1989-1991 Costas 0022300320733
Imagen aérea SW poco tiempo antes de su demolición
Imagen aérea NE poco tiempo antes de su demolición.
Imagen aérea SE poco tiempo antes de su demolición
En la actualidad he podido tomar fotos en las que pueden verse restos de las losas alveolares prefabricadas de la época, que conformaban los forjados de la industria. En estos restos se observan las armaduras de acero tanto de la placa alveolar como de la solera que se encuentra adherida a la misma. Para diferenciar qué cara correspondería al suelo o qué cara correspondería al techo, simplemente hay que observar que el suelo está pintado de verde y se nota el espesor de la solera, mientras que el techo está pintado de blanco.
Losa alveolar prefabricada. En el lado izquierdo se observa el espesor que tenía la solera verde que formaba el suelo
Losa alveolar prefabricada en la que pueden verse las armaduras de la propia losa y de la solera que se encuentra a la derecha
Losa alveolar prefabricada a la que se le ha practicado 4 taladros y reforzado con una estructura metálica
Losa alveolar con la cara superior correspondiente al techo, pintada de blanco. En la cara superior se aprecia el espesor de la solera
Por otro lado, también se pueden observar restos de vigas prefabricadas con las armaduras de acero lisas, no como las empleadas actualmente, las cuales son corrugadas.
Vigas prefabricadas con armaduras de acero lisas
Vigas prefabricadas terminadas con la forma de los pilares y con aristas canteadas
En algunas zonas se conserva una solera con acabado en baldosa de terrazo, tal y como puede verse en la siguiente imagen.

Solera con acabado en baldosa de terrazo
Todavía quedan restos de las paredes medianeras, con acabado en azulejo blanco, que indica que una actividad en la que se requiere bastante grado de higiene, como puede ser la alimentaria. En algunos pilares se observa el repicado para favorecer la adhesión al mismo, del mortero empleado para la colocación de los azulejos.

Restos de paredes medianeras revestidas de azulejo blanco
Repicado en pilar para la adhesión del mortero utilizado para fijar los azulejos. El siguiente pilar todavía conserva parte de este revestimiento, al igual que la pared del fondo.
Restos mínimos de pared medianera, cercana y perpendicular a la calle Tomás Alonso, con acabado en azulejo blanco
Y para terminar, os dejo unas imágenes de la superestructura que todavía permanece en pie.

Superestructura a la derecha del edificio y encuentro, con dicho edificio, de las naves demolidas
Superestructura de vigas prefabricadas, restos de una escalera al fondo y puerta tapiada, debido a que en tiempos se comunicaba con un local de la planta baja del edificio anexo, para ser utilizado como almacén
Superestructura formada por pilares y vigas prefabricadas y encuentro con la fachada del edificio, adivinando la silueta de la cubierta de la última planta de la edificación industrial

Restos de partición de ladrillo, todavía adosada a la superestructura de la edificación industrial
Detalle de la superestructura que todavía está en pie
 
Mapa de ubicación


Agradecimientos especiales al Museo ANFACO por su documentación aportada y al grupo de Facebook Tú no eres de Vigo si... por su participación.