viernes, 5 de febrero de 2016

Monasterio de Santa María de Monfero


En la parroquia de San Fiz de Monfero, siguiendo una sinuosa carretera, nos encontramos con una enorme edificación. Se trata de un Monasterio, derivado de una primitiva ermita del siglo X dedicada a San Marcos.
Vista SE del Monasterio de Santa María de Monfero
Este Monasterio, favorecido por Bermudo II, Rey de Galicia, padeció los ataques de las invasiones normandas. Posteriormente, fue recontruído por iniciativa del Rey Alfonso VII en colaboración con nobles caballeros como Alfonso Bermúdez y el Conde Pedro Osorio.

Alfonso Bermúdez y Pedro Osorio financian, en el año 1134, el comienzo de las obras, donando todos sus bienes e ingresando en el Monasterio en el año 1136. El Rey Alfonso VII otorga, en el año 1135, el privilegio para la fundación del Monasterio, de la Orden Benedictina.

En 1146, aproximadamente, a medida que se iban construyendo las tres naves que conforman la iglesia, fueron llegando los primeros monjes de la Orden de San Benito, procedentes de Santa María de Valverde del Bierzo. Un año después, en 1147, este cenobio se acoge a la reforma cisterciense, a través del Monasterio de Sobrado dos Monxes, desvinculándose del Monasterio berciano.
Año de fundación de la Iglesia
En 1177, Fernando II cede privilegios fiscales. Un reflejo de los años de auge y riqueza, tanto económica como culturalmente, puede observarse en que sus abades llegaron a formar una de las mejores bibliotecas de Galicia.

Hacia finales de la Edad Media, comienza una decadencia generalizada en los centros religiosos, provocada por las rivalidades entre monjes y colonos, así como por la falsa protección de los señores y el desgobierno de los abades comendatarios. Unido a esto, los planos reformistas de los Reyes Católicos en 1506, consiguen que, al comienzo de la Edad Moderna, el Monstaserio quede anexionado a la Congregación de Castilla.

En 1620 se derruye la primitiva iglesia románica para las obras de ampliación y en 1660 se rematan las obras de la nueva iglesia abacial. En 1787 comeinzan las obras en el tercer claustro.

En 1835 se produce la exclaustración dejando de depender de la Congregación de Castilla. por lo que, los monjes, comienzan a abandonar el monasterio y el templo se convierte en una iglesia parroquial, de ahí su buena conservación. En 1882 hay un intento de restablecer la comunidad para evitar el saqueo y la destrucción, pero resulta en vano y el éxodo es total.

La fachada barroca de la iglesia reclama la atención por su ajedrezado de las piedras de cantería, que alternan granito y pizarra, así como por las columnas y pilastras corintias de orden gigante, rematadas en su cornisa co triglifos y metopas. Otro signo distintivo de esta fachada es la presencia de una sola torre, aunque estaba proyectada la construcción de dos.
Vista de la fachada ajedrezada de la iglesia
Base de las columnas corintias de orden gigante
Triglifos y metopas en la coronación de las columenas corintias de orden gigante
La planta del templo es de cruz latina, con una gran cúpula barroca en el crucero. Tras el altar mayor, la bóveda de la capilla de la girola posee una vistosa decoración, con rosetas, cruces y formas geométricas variadas. En el Coro Alto se conservan parte de las tallas del Altar Mayor. La iglesia alberga, en el Altar Mayor, los sepulcros de D. Nuño Freire de Andrade y el destinado, probablemente, a D. Aras Pardo, así como los de D. Fernán Pérez de Andrade y D. Diego de Andrade en el lado sur del crucero, todos nobles caballeros ligados a estas tierras y fallecidos en el siglo XV.
En el lado sur del crucero, situados a ras de suelo, se encuentran los sepulcros de D. Fernán Pérez de Andrade (1470) a la izquierda y D. Diego de Andrade (1492)a la derecha
Sepulcro sin rematar destinado a D. Aras Pardo (1362) situado en el Altar Mayor
Sepulcro de D. Nuño Freire de Andrade (1431) situado en el Altar Mayor
Vista del crucero y la nave central desde el Altar Mayor
Vista de la cúpula del crucero, así como del trabajo de cantería de las bóvedas de las naves central y laterales
Trabajo de canteria en la bóveda de la nave central
Trabajo de cantería en la primera sección de la bóveda de la nave central con el Altar Mayor al fondo
Bóveda de la capilla de la Girola tras el Altar Mayor
Detalle de las formas geométricas en la bóveda de la capilla de la Girola tras el Altar Mayor
Capilla de la Girola
El edificio monacal, propiamente dicho, tiene tres claustros:
Plano de las edificaciones con la iglesia abacial y los tres claustros del monasterio
  • El primero, de estilo renacentista, se denomina Claustro de Hospedería. Guarda algunos restos del antiguo cenobio románico. Se estaba construyendo cuando llegó la exclaustración.
Claustro de Hospedería
Fachada N inacabada o vandalizada anexa al Claustro de Hospedería
Fachada W del Claustro de Hospedería
Fachada W del Claustro de Hospedería con el torreón de la iglesia abacial al fondo
  •  El segundo, tambien de estilo renacentista, se denomina Claustro Procesional. Es el Claustro Central y está abovedado en toda su extensión. Tiene dos pisos de los cuales, el primero es obra de Juan de Herrera. También presenta una fuente barroca en el centro.
  • El tercero, de estilo barroco, se denomina Claustro Dormitorio. Se estaba reformando cuando fue ocupado por tropas naopleónicas, durante la Guerra de Independencia, a comienzos del siglo XIX. Es el claustro de mayores dimensiones y desde el que puede verse el tambor octogonal de la cúpula del crucero.
Vista del tambor de la cúpula de la iglesia abacial
Fachada NE del Claustro Dormitorio
Puerta de acceso al Claustro Dormitorio en la fachada NE, pudiéndose observar uno de los arcos de dicho claustro

Fachada Oeste del Claustro Dormitorio. Apréciense los voladizos que sostenían los balcones de las habitaciones
Detalle de uno de los balcones más grandes con una ventana bajo el mismo que posteriormente fue tapiada

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